por Gonzalo de Miceu
El mundo cabe en una pastilla.
Todo arranca con un aspirante a escritor que pasa el tiempo lamentando bloqueos de inspiración frente a una laptop en blanco. Todo, hasta que por alguna casualidad cae en sus manos una droga nueva que circula en el under del hampa. Una cápsula que activa el cerebro al cien por cien. Enfiestarte con NZT te hace un genio.
Entonces, por un lado el asenso social de Eddie hasta convertirse en uno de los capos de Wall Street, por otro, los efectos secundarios de la adicción. El Diego dijo "Al principio la droga te pone eufórico. Es como ganar un campeonato. Y pensás: mañana qué importa, si hoy gané el campeonato". Así viaja la película, pura euforia de montaje controlada, y así viaja el protagonista, puros saltos despreocupados al mañana. Persecuciones y combates para conseguir y proteger las pastillas, logros intelectuales a minutos, una recapturación del inconsciente a la prisión de la memoria consciente, abstinencia, asesinato y pérdida de la noción temporal. Ese es el truco de NZT, una vez iniciado, abandonarla supone la muerte.
Podría plantearse que la película insinúa la constitución de un nuevo hombre, mutante, a partir del poder de la ciencia orgánica. El conocimiento encapsulado ligado estrechamente al poder. Desde este lugar, “Limitless” estaría vinculada a un subgénero de la ciencia ficción, el biopunk, donde la ficción se centra en el impacto de grandes avances en la biotecnología, pudiendo situarse tanto en el futuro, presente o un pasado anacrónico. Salvo que “Sin Límites” ignora el espacio del laboratorio como centro de manipulaciones biológicas ilegales. La ilegalidad de las drogas se presenta como hábitat del protagonista -que busca su prótesis pastillera a voluntad- con la ausencia de un espacio garante de la legalidad estatal; más bien, con la asunción de un nuevo mercado negro librado a la lucha administrativa sin entorpecimientos por parte de la justicia.
“Limitless” sopesa una tensión bastante recurrente en la actualidad, alcanzar la perfección a costas de la muerte. Como si la necesidad de especialización o individualización para ganar una personalidad, una conciencia de ocupar un sitio en la vida urbana, fuera el motor narrativo de toda una cultura sintomática exuberante ante las fuerzas del anonimato colectivo. La estructura narrativa de “Limitless” es puramente aditiva, puramente superficial, sin claves retroactivas que propongan insight. Parte de una individualidad a ser, para diseminar semillas adictivas que reconfiguren todo el mapa de la gobernación y centros del poder mundial.
si quieren NZT llamen 0800 monje de zona oeste.
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