por Gonzalo de Miceu
Cuando escribo una escena, a veces, cierro los ojos y esbozo los movimientos, las caras... Convivo durante mucho tiempo con mis personajes antes de empezar a rodar.
Friedrich Christian Anton Lang
Es como si los personajes de Lang estuvieran rematados por la triste búsqueda de una redención inaccesible. Como si algo les faltara, algo exterior que logran apresar sólo de manera aparente y provisoria. Los protagonistas caminan este devenir borracho que tropieza con puertas y ventanas de falsas salidas. Lang es un gran arquitecto de la impureza, capaz de sostener una escena entera coreografiando el abrir y cerrar la puerta de una nevera. [i] Las verticales separan y dividen el cuadro en compartimientos estancos. Toda una geometrización del cuadro. Ya sean las redes de pescadores o las ropas colgadas al sol, entre las cuales emergen Marilyn Monroe y Barbara Stanwyck en “Clash by night” (1952), el cuerpo es agente de segmentación y embrollo algebraico. El ambiente geométrico-formal mina contra la asunción perceptiva singular del Uno perdido. El ciudadano medio avanza a los tumbos, eludiendo la ley y atosigado por las consecuencias morales de una pesquisa pasional.[ii]
¿Qué es lo que hay tras la puerta? En “Secret beyond the door” (1947), la esperanza de un triunfo provisional del hombre sobre su mundo por medio de ocasionales reconciliaciones con las fuerzas en juego.[iii] Entendimiento de hombres con hombres, con su experiencia y sociedad. En “Scarlet Street” (1945), la concientización de leyes eternas que gobiernan la existencia humana. El hombre resignado y extraviado en lo sombrío.
Abundan los reflejos espejados a lo largo del primer acto de “The Blue Gardenia” (1953). Espejos que proyectan como pantallas de LCD la contracara de la imagen.[iv] Una imagen múltiple y consonante compuesta por fragmentación dentro de la unicidad. Ya no basta con ver el rostro de personajes grises, los espejos enmarcados amplifican y espacializan un campo tridimensional de nucas, espaldas y movimientos ocultos. Todo está ahí al alcance de las superficies cristalinas. Veinte kilómetros de visibilidad. Esta transfiguración estilística se quiebra cuando Anne Baxter hace estallar en añicos el espejo de la casa de Harry Prebble luego de ser atacada. El trasfondo de la escena es ahora subrepticio, un fondo de horror y asesinato sobre el cual se despliega la belleza de las divas hollywoodenses. Quizás sea el horror de la guerra y los fantasmas de los campos de concentración los que acechan el aura mesiánica de promesas de ensueño clarividente.[v]
David Oubiña, escribe en “Puro cine” discutiendo con “A favor de un cine impuro” de Andre Bazin: “Es el cine el que desborda sobre otras artes y abre surcos para desarrollar en ellas una idea de lo cinematográfico”. Hay una relación estrecha entre la cinegenia de Lang y otras disciplinas artísticas. La pintura es disparador narrativo de fantasía en “The woman in the window” (1944). Condena e incomprensión en un medio que evoluciona con independencia de su consumidor, en “Scarlet Street” -a través de las pinturas que John Decker confeccionó con cierta reminiscencia a las obras de Henri Rousseau-. Motivo de seducción y homicidio de un retratista, en “The Blue Gardenia”. Todo lo que queda en la escena del crimen son los retratos espectrales que vigilan un principio de justicia divina socavado por la noticia periodística ¿Serán los fantasmas del exilio los que colman el mundo de Lang? En “La Gardenia Azul” todavía nos encontramos en la época de la pequeña ciudad amenazada por la existencia de enemigos cercanos que provocan la vigilancia del ciudadano por el ciudadano. Un pueblo de personalidades individuales lucha contra la presión interna desindividualizadora de la pequeña ciudad.[vi] La noticia y el periódico son agentes de expiación, emisarios de vigilancia que comercializan el color poético y el tono intimista del retrato y la hazaña.
Toda aquella tradición insular utópica es invertida en “Clash by night”. La isla es principio de miseria y condena humanitaria. Los barcos pesqueros que suscitan las vistas de Saintes-Maries de Willem Vincent van Gogh; y, los paisajes vaporosos al estilo de Claude Monet, hacen que “la imagen que surge en el espectador sobrepase las fronteras mediales y se componga de una síntesis entre imágenes de la percepción e imágenes del recuerdo”. [vii] Lang libera los 24 cuadros por segundo a una imagen en continua comunicación y reelaboración estético-mediática.
Si una de las osadías del cine moderno, es la interpelación por medio de la mirada para suscitar aquel fuera de campo imposible de actualizar –la sala de cine-, Lang espectaculariza la sala oscura provocando en el espectador la mirada hacia atrás, la mirada por sombre el hombro y el miedo a la foto sorpresa. [viii] En “The Blue Gardenia”, Norah Larkin se sienta a contemplar la fotografía de su amado ausente antes de leer la carta que firma su abandono. Como si después de intimidarnos con un llamado directo a la autoconciencia espía, nos refugiara en una complicidad habitacional penosa con el personaje-espectador fotográfico. Este juego inter-espacial que abre Lang en “The Blue Gardenia”, lo profundiza en “Clash by night”. Si en la secuencia comentada, el espacio se repliega y análoga a la situación espectatorial, “Clash by night” fomenta un principio de abducción. Lang filma la sala de proyección de un cine pueblerino donde Earl Pfeiffer manipula un proyector de 35 mm mientras conversa con Mae y Jerry; por la ventana podemos ver parcialmente la película proyectada en la pantalla diegética. Es la sala del espectador la abducida a un espacio fantasmal en donde el film es antesala virtual y pantalla-presente. Un vacío de Haluros de plata que el espectador se ve forzado a suplir. La carne granulada.
Fritz Lang es un éxodo sideral al espacio de la Tierra perdida.
Corpus seleccionado:
“The woman in the window” (1944)
“Scarlet Street” (1945)
“Secret beyond the door” (1947)
“Clash by night” (1952)
“The Blue Gardenia” (1953)
[i] Me remito a la escena de “Clash by night” en la que participan Jerry D´Amato, su padre y su tío, en casa de Jerry.
[ii] Tanto en Edward G. Robinson (en “Scarlet Street” y “The woman in the window”) como en Paul Douglas (en “Clash by night”), Fritz Lang complejiza un personaje arcáico y laxo. El primero en busca de aventuras neuróticas que lo conducirán a la perdición. El segundo, en caza de la familia prototipo del sueño americano. Robinson y Douglas son las dos caras de una misma moneda. En ambos la nacionalización de una quimera intransitable acarrea las mismas secuelas erosivas.
Aquella inocencia madura se agudiza cuando las mujeres eidéticas son el centro de atención. El juicio moral que pesa sobre las señoritas langeanas despunta en temeridad compasiva cuando actrices como Anne Baxter (“The Blue Gardenia”) se convierten en víctima irresoluta; pero, se dilata en perversidad siniestra al asumir el rol de femme fatale (sea Joan Bennett en “Scarlet Streets” o Barbara Stanwyck en “Clash by night”). La mujer siempre es víctima, ya de los impulsos homicidas o traumas secretos de su consorte, ya de las telarañas amorosas de Dan Duryea, o del desencanto de sueños evanescentes.
[iii] Remito a la introducción de H. White en “Metahistoria” cuando hablando de los arquetipos de la comedia como modo de explicación por la trama para alcanzar efectos explicatorios en la obra histórica.
[iv] Enfatizo la escena en la que Nat Cole King toca y canta al piano “Blue Gardenia”, bajo un espejo que devuelve desorientación y marea. Como si Lang prefigurara el “quiero ver todo” televisivo.
[v] Me refiero a las conclusiones expresadas por Buck-Morris en “La ciudad como mundo de ensueño y catástrofe”, cuando retomando a Walter Benjamin, medita sobre las posibilidades de un pensamiento del desencanto en la actualidad.
[vi] Retomo las ideas expresadas por G. Simmel en “Las grandes urbes y la vida del espíritu” en su comparación en el modo de funcionar de la libertad en las pequeñas ciudades y las polis antiguas.
[vii] H. Belting, “La transparencia del medio”
[viii] Para ver más sobre la interpelación en la enunciación, recurrir al texto “El film y su espectador” de Francesco Cassetti.
Esta buenisma la critica. ¿Podria haber algun tipo de Imagen Mental en Lang? en el sentido de la imagen mental de Deleuze, quiero decir esa forma de relación directa que Lang establece con el espectador.
ReplyDeleteAbrazo..
S.