Jun 23, 2011

Louise Bourgeois

El retorno de lo reprimido 

Curador Philip Larratt-Smith




Av. Pedro de Mendoza 1929
La Boca, Caminito
[C1169AAD] Buenos Aires
Argentina
T [54.11] 4104.1000
E info@proa.org

Lo siniestro
"Horizontality is a desire to give up; to sleep and be passive, to retreat.
Verticality is affirmation, and attempt at a peaceful compromise and desire for acceptance.
Hanging and floating are stares of ambivalence and doubt"

Louis Bourgeois





Con una sala compuesta de diferentes obras que en su conjunto plantean un espacio a recorrer perturbador (obras que cuelgan del techo, otras que yacen tras una vitrina y otras que se hallan amuralladas en las paredes) se nos introduce en la psiquis fragmentada de una artista que busca respuestas, que se encuentra vacilante ante un espacio plagado de grietas, de vacíos por llenar. El estado de incertidumbre en torno a lo fenómenos narrados, nos adentran en una obra compleja donde el espectador debe dilucidar a través de la perspectiva dañada del autor. Esta mirada inestable, nos remite al extrañamiento planteado por Shklovsky "crear formas complicadas, incrementar la dificultad y la extensión de la percepción, ya que, en estética, el proceso de percepción es un fin en sí mismo y, por lo tanto, debe prolongarse" esto produce la desautomatización del espectador, quien es puesto en un lugar inquietante. Nada esta digerido sino que se debe realizar un proceso de comprensión para alcanzar el significado de lo narrado. Hay una ruptura significante-significado, que hace que tengamos que ser nosotros quienes podamos significar nuevamente ese espacio.
En su conjunto la obra da cierto aspecto lúdico, los materiales usados generan contrastes; por su textura (muñecos de toalla), su brillo (Arch of Hysteria) y su fragilidad (colgados o enclaustrados tras un vidrio). La sala implica salirnos del marco usual de nuestras definiciones y reinventar nuevas reglas, proyectarse en un rol inaccesible a modo de escape, necesario si queremos intentar alterar nuestra relación con el mundo. Mediante este juego se vislumbra como la trasgresión, con un poder dual de fascinación y repulsión, de ambigüedad entre lo animado e inanimado, de lo muerto y lo vivo, dan lugar a la emergencia de lo siniestro.
Sumido el espectador a la psiquis de Bourgeois, ve alterada su resonancia afectiva habitual con el medio. Los muñecos que cuelgan de la sala adquieren otra connotación, el inquietante devenir de objetos infantiles en metáforas de traumas de una niñez corroída, erizan la piel y exponen la dualidad. Dualidad tanto material como formal. Estos “Lairs”, figuras biomorficas que aluden a lo genérico, deconstruyen la primacía del falo y enfatizan la condición femenina, renuncian a la identidad, pierden su rostro o su cuerpo (sumatoria de elementos anula la divisibilidad), gestan la desindividualizacion. El cuerpo oscila.
En 1919 Sigmund Freud se preguntaba sobre lo Unheimlich, lo siniestro y caía en la cuenta, que a menudo el termino se aplicaba a una acepción un tanto indeterminada por obedecer a la capacidad subjetiva del individuo de experimentación. En primera instancia da con la definición de Jentsch que ubica en la incertidumbre intelectual (lo insólito) a lo siniestro. No conforme da paso a la definición de Schelling donde se propone lo siniestro como todo lo que debería quedar oculto, secreto pero que se ha manifestado. Esta definición se acerca un poco más en lo que derivará su análisis, si bien no termina resolviendo del todo la respuesta, se focaliza en el carácter siniestro del complejo de castración.
Esta sala en particular remite a la infancia de la autora devuelta bajo el manto de la terapia. El carácter siniestro de la misma esta dado por la resignificación de esas esculturas, de su puesta. Esos muñecos adquieren un carácter aterrador dada su composición. La tela de la que estan hechos contrasta con las imágenes que nos ofrecen: sujetos desmembrados, sujetos entrelazados que pierden su identidad en el conglomerado de curvas, sujetos con las cuencas vacías, sujetos sin órganos sexuales. La identidad de las formas remite a un lugar de indefinición, a una génesis. La totalidad de la composición de la obra en esta sala plantea una búsqueda alegórica al trauma, sin exponernos de frente con él, sino haciendo un recorrido deconstructivo del mismo a través de las diversas imágenes. Todo lo que Freud planteaba como posibilidad de respuesta al Unheimlich se ve expuesto aquí. La castración como eje fundante, la castración atenuada por sustitución en Edipo (el ojo por el miembro viril), la incertidumbre intelectual respecto al carácter animado o inanimado de un objeto, objetos inertes con apariencia cercana a lo humano, desdoblamientos del yo multiplicados hasta la instancia de perdida de lo individual en lo colectivo, repetición de lo semejante .

El curador al decidir llamar la muestra “El retorno de lo reprimido” da una pauta de análisis sobre la misma que es coincidente con la de Freud, ya que finalmente el da como respuesta:“lo siniestro en las vivencias se da cuando complejos infantiles reprimidos son reanimados por una impresión exterior o cuando convicciones primitivas superadas parecen hallar una nueva confirmación”. Aquí radica lo siniestro de esta sala, el espectador al recorrerla puede ver como esos objetos vacilan ante nosotros en búsqueda de una actualización, ellos forman parte de esa impresión que nos devuelven a una infancia traumática y reprimida. Al actualizar el mensaje el espacio se vuelve liberador.

Jennifer Nicole Feinbraun

2 comments:

  1. Muy interesante tu articulo Jen, creo que describis con certeza la muestra .. la cual creo que genera un choque psiquico para cualquier espectador; ya sea un casual transeunte o un conocedor de la obra de Bourgois.
    Te mando algunas fotos cuando llegue a mi computadora.

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  2. Realmente siniestro pero muy interesante su interpretación

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