“Sabes,
nuestras sesiones son mi parte favorita del día,”
Dr. Arboria, Beyond the Black
Rainbow
Hace unos años Canadá saco un film –Beyond the Black
Rainbow-, que al parecer es una simplemente critica a la medicina moderna. Pero
la película es mucho más que una simple crítica, toca temas existenciales y
metafísicos, además la estética es un obvio homenaje a los ochentas y setentas.
Un poco como Drive, el film replica la estética de esas épocas y la traduce con
problemática actual como si fuera un filtro que cambia la era pero no los
conflictos.
La película narra la historia de un paciente del sexo
femenino –Elena- que esta atrapada en un hospital psiquiátrico. La paciente tiene
poderes de telepatía pero toma pastillas que reprimen tal poder. Es tratado por
el Dr. Arboria, el cual al parecer tiene un gusto excesivo hacia su trabajo.
El Dr. Arboria, en un proceso que el mismo define como
curativo, intenta contralar a Elena atreves de la represión de su psiquis y de
su poder expresivo. Acá la analogía es obvia, Arboria es un doctor que trata
psicológicamente a sus pacientes usado las pastillas como represor de ciertos
estimulantes en el cuerpo para que el paciente quede sedado y sin el poder de
cumplir ciertas funciones básicas del día a día, en otras palabras es un
psiquiatra.
En el caso de Elena se le reprime el poder de
expresión, por esto pierde el habla, gesticula poco y tiene la tendencia de
actuar violentamente ante ciertas situaciones. Lo último cae con cierta
resonancia porque es las consecuencias de no poder expresar lo que uno le
incomodo o lo molesta. Esto ocurre en los hospitales psiquiátricos, donde se exige
a los pacientes que no opinen sobre ciertos temas y que tampoco usen ciertas
formas de expresión no verbal y después se castiga cuando se reaccionan
violentamente ante tal represión.
Ese el principal problema y principal temor de los
hospitales psiquiátricos no se permite la expresión individual –y en muchos
casos la grupal también se restringe,- esperando que el sujeto entienda que es
por su propio bien, cuando jamás algo así puede ser benevolente para un
individuo o la sociedad que le engloba.
Reprimir una forma expresión para el individuo es un
acto enmasculador. La realidad como la conocemos es una representación de la
esencia. Esto ocurre porque vivimos en un mundo con una infinidad de sujetos y
una infinidad de diferentes comunidades y debe ver un conceso de cómo se
perciben las cosas, sino sería imposible relacionarnos.
Por lo tanto lo
que percibimos es una representación de la esencia o debería ser una
representación de la esencia. Digo esto porque a veces hay desviaciones y se
representa otra cosa ajena a la esencia. El resultado suele ser sufrimiento
para el sujeto y para aquellos que le rodean, ya que la esencia tiene una
necesidad de expresar que es y como es verdaderamente. Y el ser al no sentir la posibilidad de
expresar su esencia no puede ser más que contestar violentamente, el cual es
una consecuencia lógica.
Esto se ve claramente cuando la enfermera intenta
torturar psicológicamente a Elena y ella la repudia con un ataque psíquico. Ahí
justo está el problema: la telepatía de Elena es una forma de expresión de su
esencia, por lo tanto lo más que se reprime lo más es probable que se
manifieste violentamente, Elena en verdad tiene poca elección en el asunto, es
como una pérdida de control casi, pero la causa de esto, en vez de ser por un
desequilibrio en la psiquis se debe a energía interna que está contenida, que
debe liberarse de una forma u la otra. Por esto formas de expresión jamás de
deberían reprimir y solo limitar o desviar hacia otras formas de expresión
cuando se trata de faltar el respeto a los demás.
Y más allá de eso, la expresión de la esencia puede
expresar cualquier cosa si es fiel a la misma esencia. Dicho de otra forma, las
cosas se concretizan desde un mundo irreal e imaginario –donde esta esencia- y
se hacen reales por lo tanto tangibles. Si el material de un mundo real viene
de un mundo imaginario, la conclusión es sencilla: no hay límites de lo que se
puede crear o consensuar como real, solo se necesita un poco de retórica
filosófica y el poder de llegar a ciertos acuerdos.
Esto funciona a nivel individual y colectivo al mismo
tiempo. Nosotros al estar vivo al día a día estamos creando y articulando
nuestra propia experiencia. De una forma
elegimos los problemas que vamos a tener y las herramientas que vamos a tener en
las manos para solucionar tales problemas, también elegimos como vamos a
representarnos y cómo vamos a expresarnos.
Si alguien no puede solucionar un problema en su vida
o es por constricciones sociales o porque esa misma persona se pone trabas. Y
estos un poco lo que debería ver la psicología como liberar al sujeto para que
pueda expresar constantemente y cómo articular la relación que tiene el sujeto
con sí mismo para que tengo una mejor noción de conseguir lo que quiere sin
ponerse obstáculos mentales a sí mismo, además de encontrar maneras de instruir
a sujetó para que no aniquile el querer de otros.
Por otro lado, se puede deducir que vivimos en una
realidad que aun reprime la esencia de uno y actuar como un orate es la única
manera digna y permisiva de liberal la energía reprimida. Por esto, la
exigencia de la sociedad de reprimirse, -dados en muchos índoles como la
medicina, el trabajo o las amistades- motiva a que las personas suelan gritar
más y buscar controlar más mientras van creciendo, ya que tienen contenido cosas
que expresar que su cuerpo y representación ya no aguantan contener.
Un poco más y se podría de decir que la sociedad da el
goce de reprimir, en otras palabras aquellos que ya fueron reprimidos mucho
tiempo buscan reprimir a otros como una forma desviada de venganza. Esto se
note en el Dr. Arboria que se reprime tanto que debe usar maquillaje e
implementos con la intención de esconder su forma. Se avergüenza de su propia
expresión por eso cree que los demás tampoco deberían expresarse. Y un poco
esas la patología más preocupante ya que de todas maneras va buscar reprimir el
quiere de otros. Lo más atemorizante de este paradigma es que muchos
psiquiatras al parecer sufren del mismo goce. Tienen el mismo problema del Dr.
Arboria: les gusta mucho su trabajo, demasiado diría yo. Casi como su placer
máximo es reprimir la expresión de otros.
Y todo da más miedo cuando los psiquiátricos venden la
idea que muchas condiciones psicológicas no se pueden curar, solo controlar.
Muchas enfermedades mentales se han relacionado con ciertas sensibilidades, por
ejemplo la bi-polaridad y la schizofrenia constantemente son vistas
relacionadas con la creación artística. Esto te hace dudar: ¿realmente es mejor
para los sujetos y la sociedad que los diagnosticados con enfermedades mentales
sean tratados con un régimen psiquiátrico, mientras al mismo tiempo se niegan
sus poderes de expresión?
Al final la solución que propone la película es
simplemente: ante un sistema fachistoide que reprime tu poder de expresión a
toda costa a uno solo le que expresarse libremente y enfáticamente, llevara a
los poderes de represión caer por su propio peso. Por eso la sociedad siempre debería permitir
un lugar para que los individuos y comunidades se expresen libremente así el
goce al reprimir desvanece y el malestar disminuye, las consecuencias de la
alternativa son simples: derribar a la violencia extrema desmesurado.
Gabriel Zamalloa
Buena tesis... no es sarcasmo. Te faltó el final desesperanzador, termina con la idea que la creación misma está frustrada, la tecnología como medio de entretenimiento les quita a las personas la capacidad de replantear sus vidas para superarse y quizá la única solución es el retorno a la naturaleza.
ReplyDeleteInteresante reflexión, muchas gracias.
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