Reseña Crítica
por Santiago Asorey
Peter Colt es un tenista ingles a punto de retirarse que decide jugar su
último torneo y despedirse de su carrera jugando en el Grand Slam de
Wimbledon. El jugador que alguna vez fue Top 15, cree estar jugando los
últimos Sets de su carrera. Parece solo cuestión de tiempo perder en
segunda o tercera ronda. Entonces algo excepcional ocurre, Colt empieza a
jugar el mejor tenis de su vida y avanza hasta las instancias finales
de Wimbledon. Colt comienza una racha ganadora y recupera la fe en su
juego, motivado por el romance con la talentosa tenista norteamericana
Lizzie Bradbury (Kirsten Dunst). Wimbledon es un relato sobre la
posibilidad de dejar de lamentarse sobre lo perdido para concretar un
nuevo futuro. Colt sabe que ya hay muchas cosas que no volverán a ser y
tampoco tiene mucha expectativa para el futuro después del tenis. Sin
embargo contra todos los pronósticos, el veterano llega hasta las
puertas de la gloria del Grand Slam mas prestigioso del circuito de
tenis. La película tiene un tono épico con reminiscencias de la final
argentina de Roland Garros 2004 en donde Gaudio levanto un partido
imposible ante Coria. Se trata de una travesía de lo improbable, un
tenista veterano rankeado 119 del mundo que de pronto empieza a ganarle a
los mejores del circuito. En cuanto a la cuestión genérica el relato se
mantiene en la línea de la comedia romántica de Nothing Hill, en donde
personajes desilusionados vuelven a creer debido a un hecho
extraordinario que les da la posibilidad de participar en un cuento de
hadas personal.
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