Mar 14, 2012

Un cuento chino (2011) - Sebastian Borensztein

Reseña Crítica
por Santiago Asorey



Jun es un inmigrante chino que llega a la ciudad de Buenos Aires sin hablar una palabra de español. Perdió a su novia con la que se iba a casar en un accidente absurdo en un lago. Una vaca cayó repentinamente del cielo y la mato.  En su llegada a la Argentina Jun conoce por casualidad a Roberto (Ricardo Darin) un ferretero obsesivo del trabajo que vive alejado del mundo, un ermitaño que a partir de su tragedia personal vive recluido en su casa y su trabajo. A partir del encuentro de Roberto y Jun se comienza a gestar una relación extraña, basada exclusivamente en una comunicación extralingüística. Roberto quien sufrió la tragedia en carne propia, piensa que la vida es un absurdo,  mientras que Jun cree todavía que todo tiene sentido. El relato disputa este dilema. Existe en Sebastian Borensztein un gesto minimalista que se articula a un montaje clásico, transparente, enfatizando el relato. Lo interesante surge de la convergencia del montaje a nivel estructural y de los gestos minimalistas de los personajes a nivel contenido. Los diálogos entre Roberto y Jun, son corpóreos, gestuales, parecen básicos en la superficie pero manejan una complejidad emocional en lo no dicho,  en la impotencia de lo que no se puede decir, sobretodo en la afección de los rostros. Deleuze define la afección como una especie de tendencia motriz sobre una placa receptiva inmovilizada.  Aquello que desborda constantemente en los rostros de Roberto y Jun. Es la afección la que les permite comunicarse intuivamente, como si se despertara el instinto milenario de la especie, antes de que el hombre fuera hombre, antes de que siquiera existiera el lenguaje. Esta comunicación subterránea y secreta entre Jun y Roberto carga con sus pasados trágicos. La tragedia que no puede expresarse con palabras para descubrir su verdadera dimensión. ¿Acaso esa sea la metáfora de un cuento chino? Un cuento chino propone un relato en donde lo minimalista carga con lo absurdo.  En primera instancia el encuentro entre Roberto y Jun parecería no tener explicación alguna, al igual que todas las situaciones que los rodean.  Roberto le da de comer a Jun achuras y asado. El no entiende ni lo que come. Sin embargo Jun termina por transformar la vida de Roberto, la termina llenando de sentido, donde antes solo había vacío, ahora hay posibilidad.

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