Realismo, género y cine.
En su libro sobre el guión cinematográfico, el
gurú de Hollywood Robert McKee reformula la oposición entre el cine de género y
el cine de “arte” en términos de conflicto. El autor plantea que la diferencia
entre ambos radica en que en el primero, el personaje debe luchar contra
obstáculos que le son exteriores, que están en el ambiente. Por otra parte, el
cine de arte se caracteriza, según él, en que el conflicto es siempre interior
al personaje, por ejemplo la imposibilidad de recordar, la superación de los
miedos, o problemas del orden psicológico en general. De tal forma que en esta
segunda categoría el conflicto nunca es visible de forma directa.
Adaptation puede leerse desde el comienzo a partir de esta
segunda clave: un escritor que lucha contra el bloqueo autoral, mientras que a
su vez busca vencer sus miedos en su
afán de volverse socialmente funcional. El film, no obstante, se nutre en una
segunda instancia de elementos del género, en la medida en que deviene en una
especie de thriller donde el propio guionista pasa a interactuar con sus
personajes, que comienzan a acosarlo. Adaptation
trabaja sobre ambas territorialidades – un genérica y otra “realista” - y distribuye
los elementos narrativos de acuerdo a sus propias estrategias. Una primer
territorialidad, que configura los dos actos iniciales del film a partir de la
pregunta de cómo resolver narrativamente un argumento en el que no pasa nada; y
una segunda territorialidad que construye justamente una respuesta sacada del
universo de los géneros para ese conflicto. Cada una de las partes configura la
relación entre el guionista y las escenas que son el resultado de su trabajo.
La novela que Kaufmann adapta, describe la
relación entre una reportera y un excéntrico especialista de flores, una obra
que resulta ser un relato testimonial informe de esa relación más que un
proceso narrativo con forma estructural. Y como el guionista no encuentra
sentido de verosimilitud en esta relación, como carece de medios para
desarrollar la historia que retoma de esa novela mermada, entonces se vuelca
hacia la realidad, y empieza a seguir a la novelista descubriendo en el proceso
que cultiva drogas alucinógenas en un pequeño invernadero. La realización del
personaje se da en la medida en que pone en peligro su vida, y en la medida en
que descubre que en la experiencia de vivir hay más que aquella sensación de
aburrimiento que lo aqueja. Pero antes de ello, el punto de inflexión es el
encuentro con el propio McKee, quien es, asimismo, un personaje del film. Kaufmann
acude a uno de sus seminarios por consejo de su alter-ego, su hermano gemelo,
un escritor mediocre cuyos guiones plagados de lugares comunes parecen no
obstante tener mucho éxito. En su encuentro con McKee, Kaufmann le pregunta
acerca de cómo escribir un film que sea semejante a la vida. Un film realista, en
el que no pase mucho, en el que los personajes no cambien ni tengan grandes
epifanías. En síntesis, le dice, una película que sea “una reflexión sobre el
mundo real”. McKee, enfurecido, toma un sorbo de café, y le contesta: “¿Cómo que no pasa nada en la vida real?
En la vida real la gente es asesinada todos los días. Hay genocidio, guerra,
corrupción, cada día en alguna parte del mundo alguien sacrifica su vida para
salvar a otro, cada día alguna persona toma concientemente la decisión de
destruir a otra… la gente encuentra el amor, la gente lo pierda, un niño ve a
su madre ser asesinada a golpes en las escalera de una iglesia. Hay hambre, hay
traición – y concluye- si usted no
encuentra eso en la vida. . .entonces usted, amigo, no sabe un carajo de la
vida.”
El monólogo del personaje de McKee es importante
porque le da una vuelta de tuerca a los argumentos tradicionales del realismo cinematográfico
¿Cómo es la vida en verdad? ¿Cómo en los films de género, o como en los films italianos
de la posguerra? Pero a pesar de que a simple vista parecería que el de Adaptation es un alegato en contra del realismo, dado que el proceso de
realización del personaje se da a partir del descubrimiento de esa verdad que
el monólogo explicita, la tentativa del film no se enmarca en el rechazo a las
aproximaciones realistas al cine, sino que se propone desnudar justamente la naturaleza
discursiva de esa aproximación. El realismo, que en su vertiente
cinematográfica encuentra al horizonte baziniano, no es más que una estrategia.
No retrata con mayor fidelidad algún sentido anterior a la obra y es, así como
su antítesis genérica, no más que una
forma de aprehensión de lo real, una forma de producción de sentido en el medio
del caos que constituye esa realidad. Una forma entre otras posibles; esa es la
tesis de la película. El arte no imita a
la vida, la vida imita al arte.
Es por ello que el mérito de un film como Adaptation radica en inscribir ambos
enclaves, uno genérico y otro “artístico”, en el trascurso de un mismo devenir
particular. Un film que restituye a la realidad su dimensión caótica y que hace
coexistir los discursos que en torno a ella se ciernen, en un exacto acontecer
que los va desplazando alternativamente. El cine del tiempo y el cine del
argumento en una coalescencia inusitada y original. Pura transformación de
formas; pura adaptación. En síntesis, puro cine.
Juan Almada
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