Feb 22, 2012

Bad Boy Bubby (1993) - Rolf de Heer

Reseña Crítica
por Gonzalo de Miceu


“Bad Boy Bubby” es la versión hardcore, punk y oscura de “Forrest Gump”. Las dos contemporáneas. “Bad Boy Bubby” estrenada en el 93 y “Forrest Gump” en el 94.

Rolf de Heer dirige a Nicholas Hope en su  primer papel como protagonista. El inicio del film toma lugar en la habitación en la que Bubby lleva encerrado treinta años. Treinta años víctima de las agresiones y abusos incestuosos de su madre. Entre la animalidad y lo abierto, Bubby se desenvuelve en medio de amenazas de envenenamiento  y claustros internos de terrores amorfos. Dando muerte a sus progenitores se libera del cautiverio y emprende la épica del reajuste social. Bubby toma el lugar de vesánico conmovido por imperativos sencillos y honestos: las tetas más grandes y la imitación como respuesta inmediata a la interacción social. Bubby no es más que una cadena de primer grado que almacena tonos y vistas para repetir ante la presencia de entes ajenos a su hábitat. Bubby se une a una banda de rock y da inicio a la epopeya del loco convertido en profeta. Todo controlado por un azar ácido que regula la aplicación de los mecanismos de almacenamiento de Bubby. La película se parte en el paso del adentro y el afuera hasta la final eliminación de la retina social. Bubby es la gran ilustración de la adaptación paranoico-social en la era posmoderna.

La inocencia se desarrolla con un trasfondo siniestro de guiños negros  y personajes grises que empastan la acción. “Forrest Gump” se encarga de iluminar los colores y dotar a la acción de cierto contenido mesiánico impostado. Lo que termina pesando en “Forest Gump” es la ironía, el anti-discurso por excelencia. Un cinismo sobreevaluado. En “Bad Boy Bubby” los personajes se mueven con una cadencia musical mecánica que los derrama para después volverlos a juntar. Los personajes se  precipitan mareados unos contra otros, unidos por vagas coincidencias que nos llevan a recorrer el sincretismo urbano por el que camina Bubby. La imitación como respuesta reflejo cimenta bloques maleables posibles de circunscribir en edificaciones estéticas dispares.

La película arrastra esta sensación de salvataje constante, de la acción intercedida por la gran forma de una determinada situación que conlleva a una determinada acción; pero, a su vez debilita la propia forma. La respuesta a la situación no se acota a los mecanismos neurológico centrales de la causa y el efecto. Responde al devenir azaroso de la psiquis de Bubby en consonancia con las raíces sociales que envisten gradualmente su cuerpo.  Como si de alguna forma la acción suscitada siempre fuera la misma, la pura mímesis, y es la mímesis en sus distintas variables la que el entorno social reajusta para darle una suerte de orden.


Mientras “Forrest Gump” pone en evidencia constante la carencia, en un intento de crítica a la sociedad americana de la pura voluntad; “Bad Boy Bubby” trabaja la superabundancia. El rebalse de un mundo caótico que se repliega sobre una sociedad caótica. No imperan las grandes revelaciones apasionadas, que quizás es uno de los grandes problemas de “Forrest Gump”. Un film desequilibrado en donde el afecto termina por liquidar cualquier pretensión de crítica social. En “Bad Boy Bubby” no hay una empatía voraz que trabaja desde la dicotomía carencia-logro. El orden social se presenta como una intrincada red de mezcla e incrustación estético-social que permite devorar todo individuo, que necesita del anormal, del demente y del forajido para regenerarse desde el interior.

1 comment:

  1. Buen comentario, la película, como es obvio, me ha hecho reflexionar pero, gracias a esta perspectiva, doy por saciada mi curiosidad!

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