Dec 17, 2010

Aniceto (2008) de Leonardo Favio



Aniceto y el Cristianismo Esoterico.

En la última película de su carrera Favio, decidió narrar una vez más una de sus primeras historias. En Aniceto, Favio repiensa el Romance del Aniceto y la Francisca. Su misticismo sigue en pie pero esta vez se desprende de los significantes peronistas de Sinfonía del Sentimiento.  La historia es la de un hombre, Aniceto, que elige entre dos mujeres distintas. Dos mujeres que lo llevan a diferentes categorías psíquicas.

Todos llevamos dentro la posibilidad de elegir a la Francisca o la Lucia. Esa elección de Aniceto es la metáfora de la lucha de dos fuerzas que todos cargamos.  Ellas representan dos posibles estados psíquicos.  Lucia es la fuerza que nos lleva a la destrucción y la violencia. Pero no la violencia como un acto externo sino la violencia como una ruptura entre el nivel de mundo interno  y el del mundo externo y sensual.  La ruptura de los niveles que conforman un nivel superior y un nivel inferior. El mundo sensual, es decir el mundo que percibimos a través de nuestros sentidos corresponden a un nivel inferior.  Mientras el nivel superior es aquel que nos permite aspirar a un nuevo estado no material e invisible. Estos dos niveles no se oponen uno al otro, simplemente corresponden a dos niveles distintos del pensamiento. Como explica Maurice Nicoll en La Flecha en el Blanco, el verdadero cristianismo hablaba de la posibilidad de aspirar a ese nuevo estado psíquico a través de la Metanoia. Esta palabra; Metanoia no significa como dice la Biblia arrepentimiento su verdadera interpretación es mucho mas compleja. Apunta mas bien a la transformación de la mente.  El cristianismo esotérico que interpreta Nicoll habla de la transformación de la mente en pos de llevar a un nuevo estado de conciencia. 


La metáfora cristiana que construye Leonardo Favio muestra que la verdadera enseñanza esotérica de Cristo, no hablaba nunca en términos morales, es decir de lo bueno y lo malo como algo externo. La bondad como concepto meramente externo es una bondad maquinal. Este concepto solo puede llevar a la violencia. Aniceto es la gran metáfora cristiana esotérica sobre la posibilidad de elegir entre dos fuerzas, una que nos lleva a la destrucción y otra que nos lleva a la redención. 

En la escena del final, Aniceto entra en busca de su Gallo perdido. Como el pastor en la parábola bíblica cristiana va en busca del Cordero perdido. Aniceto va en busca entre todos los otros gallos, para encontrar aquel Gallo que le pertenece y perdió. Aquel Gallo es una metáfora de una categoría espiritual pero también psíquica. Una categoría psíquica de emancipación y de verdadera libertad, en tanto es la recuperación de lo “Uno” que hemos perdido.  Solamente encontrándolo podemos acceder a un nuevo estado de compresión.  El cristianismo que interpreta Maurice Nicoll,  habla de la búsqueda interna de aquello que hemos perdido. Lo “Uno” que existe en nosotros y que realmente nos permite llegar a la unica parte de la vida que realmente nos es propia. Nuestra verdadera realidad detrás de todas las cosas impuestas. 

 A partir de esta interpretación que hace Nicoll sobre el cristianismo, pensamos en la idea de una posición ético política que nos permita generar una búsqueda de nuestro verdadero pensamiento latinoamericano. Ir en búsqueda de nuestra particularidad de pensamiento periférico y pensar nuestros problemas latinoamericanos con un lenguaje propio. Con un lenguaje que realmente nos pertenezca. La recuperación de lo “Uno” que hemos perdido. Ante aquellos discursos fragmentarios impuestos en la posmodernidad, oponer un modo de experimentar y organizar la cultura completamente autónomo. Creemos que esta idea no puede estar marcada solamente por la constitución de un discurso sino por la búsqueda de toda una nueva forma de pensar y experimentar lo místico.  El idealismo místico de Leonardo Favio es un ejemplo de la posibilidad de construir una resistencia en base a un concepto no teórico, sino un concepto que involucra nuestros modos de experimentar y pensar lo sagrado dentro de nuestras sociedades latinoamericanas. Mientras pensemos lo sagrado como posibilidad de transformación perpetua e irracional estaremos efectuando una forma de resistencia. En la obra de Leonardo Favio es la apertura hacia la imagen tiempo cristalina, que abre la pluralidad de sentido para otorgar la posibilidad de múltiples miradas sobre el lenguaje cultural mistico. Favio no da respuestas, por el contrario nos hace experimentar las preguntas que nos puedan llevar a una conciencia crítica y alucinatoria sobre lo que implica la utilización de nuestro lenguaje y como ese lenguaje, en un movimiento de simbiosis continua nos construye a nosotros.  Ese tal vez sea uno de los paradigmas para entender la obra de este autor,  que se sabe resultado del lenguaje que después intenta deconstruir.  La idea es profundizar nuestro lenguaje cultural forzándolo hasta los límites para partir de cero y repensar la materialidad misma de nuestro pensamiento y de nuestra cultura.

Escribe Santiago Asorey

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